MI HIJO NO COME DOCTOR
PARTE II
Dr. Jimmy Borja
Médico Pediatra
En la primera parte hablamos un poco sobre el hambre y el apetito y los distintos estereotipos por decir algo de los niños que no comen, ahora iremos desarrollando estos modelos para ir comprendiendo poco a poco el por que y sobre todo que debemos hacer en cada caso.
Un desarrollo afectivo emocional adecuado es muy importante a toda edad, pero sobretodo en la primera etapa del desarrollo de toda persona existen muchas maneras de enfocarlo desde la evaluación de periodo por J. Piaget, los estadíos del desarrollo de H. Wallon, o los estadios libidinales de S. Freud que establece una fase oral de 0 a 2 años donde el niño obtiene placer a través de la excitación bucal, succionando primero y mordiendo después, etapa en la que inicialmente podría darse la llamada Anorexia infantil en la que existe falta de apetito, rechazo a los alimentos, todo esto vinculado a relaciones perturbadas madre-hijo.
¿Anorexia infantil?
Este término para muchos padres puede causar sorpresa sin embargo existe, este tipo de anorexia es distinto a la que presentan en mayor grado las mujeres y que debutan en la adolescencia, sin embargo las consecuencias pueden ser estresante para muchos padres, dentro de las principales causas tenemos las:
1. Psicológicas: cuando existe una relación conflictiva con la madre, o cuando hay algún miembro en la familia que también es anoréxico los niños grandecitos podrían imitar este tipo de conductas, así mismo en cualquier niño la tristeza, depresión son causa común de pérdida de apetito, la pérdida o alejamiento de algún familiar (por fallecimiento, trabajo o separación) conllevara a que el niño disminuya las ganas de comer.
2. Orgánica: Cualquier enfermedad sea aguda o crónica en definitiva va a afectar el apetito de nuestros pequeños y también de cualquier persona adulta, se supone que una vez descubierta y tratada la enfermedad el apetito debería de retornar, por lo que es importante buscar si el niño está sufriendo alguna enfermedad como asma, infección urinaria, parasitosis, etc. que conlleven a la reducción del apetito.
3. Funcional. Un hábito alimenticio inadecuado (comer a deshora, bajo presión) niños que después de los 6 meses se pasan lactando durante la noche con mucha frecuencia, inadecuada introducción de los alimentos, niños que después del año prefieren lactar más que comer, llevaran sin dudas a disminución del apetito.
Sueño y Apetito
Hace un tiempo atrás me di cuenta (y estoy seguro no he sido el único) que los niños que después de los 6 meses duermen bien comen estupendamente bien, a partir de esta temprana edad el cerebro del niño ha logrado una madurez que le permitirá conciliar en forma adecuada el sueño reparador, y la pregunta siguiente sería ¿Cuántas horas debe de dormir un bebé mayor de 6 meses por la noche? la respuesta es aproximadamente 10 horas o quizás algo más, los niños que lactan con demasiada frecuenta en la noche por lo general son más irritables y tienen poco apetito y su crecimiento en talla se hace más lento y ¿Qué tiene que ver el sueño con el apetito y el crecimiento? Lo que ocurre es que durante el sueño se produce la hormona de crecimiento, y es en la fase del sueño profundo que esta hormona es liberada por el cerebro, el niño que se despierta ya sea una, dos o más veces no completa en forma adecuada todas las fases del sueño y sin lugar a duda su producción de hormona de crecimiento será muy pobre afectando el apetito y además la talla.
Acá les alcanzo algunos tips sobre el sueño (tema que tocaré con mayor amplitud en otro capítulo de mi blog):
· Limitar la siesta a no más de tres horas por la tarde y que el niño esté despierto antes de las 4 pm.
· Mantener el mismo horario de sueño en el niño (alguna mamá me comentaba que a veces su hijo se acuestan a media noche, otras veces a las 9 u a otras horas, cosa que no debe de ser).
· El baño por la noche relaja y ayuda al bebé a conciliar el sueño.
· No debe de haber estímulos lumínicos en la habitación (luz encendida, televisor) que dificulte que el niño entre en sueño y ya que hablo de televisión un niño menor de dos años no debe ver en absoluto televisión y lo niños más grandecitos que la ven por lo menos dos horas antes de dormir no deben de ver nada.
Estoy seguro que con esta segunda parte de MI HIJO NO COME DOCTOR, los padres estarán tomando nota y aplicando algunas de las recomendaciones que acá les hago llegar, la próxima semana seguiré tocando este tema del apetito de los niños.